Los distintos planos de mi vida

Entrevista al actor: Francisco Bertin

¿Cómo podrías describir tu infancia?
Pasé una infancia muy tranquila en Entre Ríos. La casa donde me crié quedaba a siete cuadras de la costa del río. Pasamos mucho tiempo jugando en la vereda con mis primos y amigos. A mis papás les gusta el folklore así que siempre había guitarreadas en las juntas familiares. Fui a una escuela granja muy linda, “La Jirafa”, que fue un estímulo muy grande y que me marcó. Mi infancia en Concordia, fue muy hermosa.

¿Qué estudiaste en la universidad?
Estudié Actuación en la Universidad Nacional de las Artes, en Buenos Aires.

¿A qué edad descubres que actuar es tu vocación y cómo fue?
Había hecho un taller municipal de teatro para chicos en Concordia, a cargo de Andrés Gauna. En ese momento lo disfrutaba mucho. Después en la adolescencia dejé de actuar, y estudié música. Tuve bandas y tocábamos en los bares de la ciudad.

Cuando me vine a Buenos Aires, a los 18 años, empecé a estudiar Medicina en la UBA. No sabía bien qué quería hacer.
Ese año conocí el estudio de Pompeyo Audivert y entré por un tubo en ese universo. Fue muy placentero pasar por ahí, las clases con él, el grupo que habíamos formado en su estudio. Ahí decidí que quería dedicarme de lleno a la actuación. Era la forma más sincera que encontraba de vincularme con el mundo.

¿Qué opinión tuvo tu familia al respecto?
Mi familia me apoyó siempre. En distintos planos de la vida. Mi papá es médico pero sin embargo, siempre me incentivó a que hiciese lo que me gustaba. Siempre en mi casa se le dio lugar a la posibilidad, a la alternativa. Las cosas no tenían que ser de una sola o única forma.
Además, cuando les dije que quería ser actor la decisión ya estaba tomada. No había lugar a dudas, con su apoyo o sin su apoyo lo iba a hacer. Lo tenía claro. De todos modos, siempre supe que me iban a acompañar.

Familia
Mi mamá es profesora de música y mi papá médico. De mis hermanos Leo es músico, Laura abogada y psicóloga social, Dolores es médica y Florencia diseñadora.
Siempre hubo en la familia un vínculo con el arte, más con la música. Tengo tíos y primos músicos también. Mi mamá de grande empezó a estudiar teatro, hace un par de años.

¿Cómo se dan las oportunidades de ingresar a la escuela/cursos de actuación?
Concretamente,  no se. Son los cruces que se te van dando. Conoces gente, te metes en determinados lugares.
Cuando me decidí por estudiar actuación empecé a contactar gente que sabía que hacía teatro. Iba a charlar con esas personas, que me asesoraban, leía entrevistas, consultaba por profesores. Me enteré que existía la UNA y fui a averiguar.
Buenos Aires es una ciudad que tiene muchas posibilidades y me siento afortunado de poder haber venido a vivir acá, de tener esta oportunidad. Ya pasaron ocho años desde que me mudé acá y le gran cariño a esta ciudad.

¿Cómo llega la oportunidad de incursionar en actuación ya de manera profesional?
Empecé a actuar de manera mása profesional a través de Pompeyo Audivert. Tomaba sus clases y justo a los meses de arrancar, yo tenía 19 años, necesitaba un actor joven para una puesta que iba a hacer y me consultó si quería estar. No dudé en decir que sí. La obra era “Pater Dixit”, en una nueva versión (él ya había hecho dos puestas anteriores de esa obra).
Luego, vinieron otros proyectos con él como “Museo Ezeiza” o “Edipo en Ezeiza”. A partir de ahí, empecé a conocer otra gente y a estar en otros proyectos. Pero quien me dio las primeras oportunidades de actuar en obras fue Pompeyo. Fue muy generoso, siempre alentando la producción, a que actuemos.

Proyectos en Teatro
Estuve en “Pater Dixit”, “Museo Ezeiza” y “Edipo en Ezeiza” las tres con dirección de Pompeyo Audivert.
En “Sonetos” dirigida por Jorge Rod. “Horror Vacui” de Fiorella de Giacomi.
“Tercera Expedición” dirigida por Mariana Chaud.
“Gurisa” dirigida por Toto Castiñeiras. Entre otras.
Fueron experiencias muy placenteras y de gran aprendizaje.

¿Has participado en televisión?
En televisión como actor no he participado. Fui locutor en un canal un tiempo, trabajaba de voz en off. Ese fue el vínculo con la TV hasta ahora.

¿Cómo ha sido la experiencia en Cine?
La primera película que filmé fue “Taekwondo” de Marco Berger y Martín Farina. Hice una participación en otra que aún no estrenó. Y hay una próxima que está en etapa de preproducción, “El fango”.

¿Qué puedes decirnos de tu personaje en la película Taekwondo?
Mi personaje en Taekwondo era Leo. Fue un personaje muy atractivo de construir, Leo funciona en el filme como una especie de antagonista. Forma parte de un grupo de amigos muy unido y en el que se siente muy a gusto, pero Leo oculta su orientación sexual. Es gay y nunca lo va a decir, se reprime. Tiene una novia pero siente atracción por uno de sus mejores amigos. Es muy expectante, está atento a lo que sucede alrededor. Observa y acciona de acuerdo a eso. Tiene un vínculo con su soledad muy profundo dado que sólo dentro de él habita su identidad, nunca la puede manifestar. Hay algo de eso que lo bloquea. Traté de entender a Leo desde un lugar de empatía, sin prejuzgarlo.
A la hora de recrear un personaje me resulta importante tener la información suficiente para comprender ciertas conductas y el vínculo con los demás personajes pero también me fue necesario entender el funcionamiento de cada escena, qué es lo que se quiere mostrar de él en la historia.

¿Por qué y que te ha dejado entrenarte en canto popular y lirico?
Un conocimiento personal del instrumento. Desde adolescente tomé clases de canto en Entre Ríos. Cuando llegué a Buenos Aires, además de entrar a la UNA, entré al Conservatorio Manuel de Falla de música en la carrera de Canto que es orientado al Canto Lírico. Por cuestiones de tiempo y energías dejé a los meses la carrera de Canto en el Falla y decidí seguir estudiando particular. Siempre canté con mis bandas o en asados, canciones orientadas más al canto popular. Pero me interesaba conocer la técnica lirica, no tanto por el repertorio sino por la técnica misma. Para después hacer las combinaciones necesarias y generar mi propia búsqueda. De todos modos, hace un par de año que dejé de cantar en público. Quizás algún día vuelva.

¿Cómo te integras a Banda La Tinaja?
Fue una banda que se formó en la adolescencia en Concordia y que seguimos un tiempo en Buenos Aires. Básicamente, éramos todos amigos y nos gustaba la música entonces la armamos. Fue otra forma de vivir la amistad que tengo con esas personas, una manifestación más. Así tomé siempre ese proyecto.

¿Qué te dejo este proyecto como crecimiento personal?
Un primer acercamiento al escenario, empecé a cantar antes de empezar a actuar.
Humanamente me hizo conocer gente fabulosa y lugares nocturnos. Fue una linda aventura.

¿Has trabajado de modelo?
No he trabajado de modelo, nunca.

¿Cómo actor o modelo has realizado algún desnudo artístico o realizarías alguno?
En “Taekwondo” tengo un desnudo, es un plano bastante corto pero desnudo al fin. Y en el cortometraje “Mar” de Damían Minervini y Josefina Rossi también hice uno.
Fue una experiencia laboral dentro de la actuación. No tiene otro valor más que ese. Si el proyecto lo amerita y suma a lo que se quiera contar, podría volver a hacerlo. Si es capricho, no.

¿Cómo utilizas en lenguaje corporal en tus personajes?
La corporalidad tiene un lugar central a la hora de componer un personaje. Uno piensa y hace pruebas en cuanto a la voz, la mirada, la gestualidad, la corporalidad que tiene, cómo se mueve.
Es lenguaje fundamental para entrar en la otredad.

¿Cómo y porque nace Cerrojo?
El libro “Cerrojo” nace casi sin querer. Yo tenía una serie de poesías que había escrito en un año muy particular de mi vida. En ese año, el vínculo con la escritura fue una forma esencial de vincularme con el mundo y conocerme. Al año siguiente, por un amigo conozco al editor Matias Reck de la editorial “Milena Caserola” y me propone que le mande el material. Tardé en enviárselo. Hasta que un día dije: “o quemo este cuaderno, o se lo regalo a alguien, o se lo doy a Matías. Pero no soporto tenerlo como un muerto en mi biblioteca”.
Finalmente se lo envié a Matías y ahí nació. Otro generoso y hermosa persona que conocí en Buenos Aires.

¿Qué deseas transmitir con tus poesías?
No sé. Quiero nombrar lo que todos conocemos (de algún modo) pero de otra forma. Fue una manera de comunicarme conmigo por eso cuando decidí editarlas, traté de soltarlas y no esperar mucho más. El primer objetivo fue una experiencia vivencial muy personal, lo otro llegó después.

¿Cómo te visualizas en el futuro?
No puedo imaginar un futuro muy lejano. Espero poder trabajar y hacer lo que deseo, dentro de lo posible. Quiero pasarla bien.

¿Qué talento te gustaría tener?
Me gustaría hablar muchos idiomas.

Si pudieras cambiar una única cosa de ti, ¿Qué elegirías?
Soy bastante reiterativo. Eso me gustaría cambiar.

¿Cuál es tu gran miedo?
Creo que los miedos forman parte de la persona. Las miserias tienen que estar. El problema es cuando esas miserias generan un bloqueo grande, ahí hay que tener registro y atacar al parásito.

Si pudieras elegir en que reencarnar, ¿Qué serias?
Pájaro, podría ser.

¿Cómo te defines en tu personalidad?
Contradictorio.

¿Cuál es el rasgo que más te desagrada de ti mismo?
No lo tengo bien en claro. No son rasgos sino actitudes puntuales en circunstancias particulares, cuando te equivocas con personas es feo. Pero es inevitable a veces.

Tus tres pasiones…
Me gusta el ocio (en todas sus expresiones), me gusta dormir y me gusta actuar.

¿Qué te hace llorar?
Muchas cosas. Una película en el momento indicado, una canción. Las que quiero. Las manifestaciones de amor.

¿En qué cree Francisco Bertín?
En la gente.

Proyectos a futuro, corto, mediano y largo plazo…
Hay algunos proyectos que tienen que ver con lo artístico y proyectos personales.

Un consejo…
Últimamente no me gusta dar consejos, me siento en un lugar incómodo.

¿Quién es Francisco Bertin?
Una persona que intenta pasarla bien y que quiere seguir buscando.