El teatro es mi lugar en el mundo.

Entrevista a la artista: Antonella Noralí Schiavoni.

FOTO SUP IZQ¿Cómo podrías describir tu infancia?
Nací en Paraná, Entre Ríos. Tuve una infancia feliz, despreocupada, de mucho juego y amor. Vengo de una familia de trabajadores en la que nunca me faltó nada y en la que aprendí que las cosas se consiguen laburando. Infinito gracias.

¿Qué estudiaste en la universidad?
Egresé de la carrera terciaria de Actor y director de Artes Escénicas en el Centro de Investigación Cinematográfica, en Buenos Aires.

¿A qué edad descubres que actuar es tu vocación?
No tengo el registro exacto, las cosas se fueron dando, de lo que empezó como un juego a los cinco años cuando actué en el jardín, hasta tomar la decisión de que eso era lo que quería hacer en mi vida. A partir de  los doce, empecé a decir “cuando termine la escuela me voy a ir a Buenos Aires a estudiar actuación”. Fue más concreto, y con el fin de formarme, cuando empecé el secundario y me anoté en el Taller de Teatro. No paré más, es algo que no podría dejar de hacer.

¿Que opinión tuvo tu familia al respecto?
Al principio no tomaban enserio mi decisión, pensaban que iba a cambiar de opinión al crecer. Además, siempre fui muy buena alumna, entonces esperaban que estudiara Abogacía o Psicología, o algún tipo de carrera más convencional.

Por un lado, era el miedo de ellos del clásico: “de que vas a vivir”; sumado a que implicaba irme sola a Buenos Aires y no sabía ni lavar la ropa.

A pesar de todo, siempre me apoyaron, me bancaron los tres años de carrera, y nunca  me presionaron para que haga otra cosa.
Hoy, que pueden ver concretamente lo que hago, se sienten más seguros.

De tu familia, ¿alguien más se dedica a las artes?
Mi papá y mi hermano Maximiliano tienen, hace dos años, una empresa de sonido e iluminación en Paraná, VIP EVENTOS. Mi mamá es ama de casa y tengo un hermanito, Benja, de dos años que tiene toda la pinta de artista, y acá dejame contar algo: estuvo en mi departamento hace unos días y cuando vio el estuche de mi guitarra se le encendieron los ojitos y me pedía que la saque, nunca vi a un ser tan emocionado, fuera de sí y feliz de poder estar tocando una guitarra, nos pusimos a cantar “el payaso plin plin”.

379748_10202762937459758_1520840855_n¿Cómo se dan las oportunidades de ingresar a la escuela/cursos de actuación?
En Argentina, las oportunidades para estudiar son enormes y accesibles, de manera pública o privada. Depende del modo en que uno lo quiera y pueda abordar. El territorio con mayor actividad artística y posibilidades es la Ciudad de Buenos Aires, por eso me radique ahí, y elegí realizar la carrera en el Centro de Investigación Cinematográfica, gracias a mis viejos que me sostuvieron económicamente esos tres años. También, hay un abanico amplio de cursos, talleres, seminarios, laboratorios, charlas, encuentros, festivales, docentes, escuelas, espacios, teatros, donde estudiar y seguir investigando.

¿Cómo llega la oportunidad de incursionar en actuación ya de manera profesional?
Cuando tenía 17 años, en Paraná, fui recomendada por una amiga a un casting para un personaje de una obra de teatro independiente. Formamos la cooperativa “Cumpas tablas”, un equipo hermoso, e hicimos varias representaciones. Recuerdo que cobré $20, no era nada en dinero pero para mí fue muy simbólico, saltaba de alegría, era la primera vez que me pagaban por hacer algo que amo. Lo sentí como el comienzo concreto de que había dejado de ser solo por diversión.

Teatro
El teatro es mi lugar en el mundo.
Cada experiencia tuvo lo suyo, aprendí mucho sobre el detrás de escena y eso te hace valorar el trabajo de otro modo. Empecé como productora de la segunda temporada de “Lisboa, el viaje etílico”, después vino “En Crudo” con Jose María Muscari y “Malditos, todos mis ex”, de Mariela Asensio y Reynaldo Sietecase. “En Crudo” fue una reposición modificada que se gestionó en quince días, con una banda diferente en cada función, a la gorra, en una sala para 450 personas; me encontré haciendo cosas que ni sabía cómo se hacían, pidiendo canjes, invitando por teléfono a celebridades, resolviendo urgencias, andando a las corridas. Lo disfruté muchísimo y salió todo muy bien.

En “Malditos, todos mis ex”, tuve la oportunidad de arrancar desde cero, desde la cocina de la obra. Verla a Mariela en acción, su modo de crear y como todo se transforma. Fue con “Malditos” que nos fuimos de gira y participamos del Festival Nacional de Teatro y viajé por primera vez en avión.

También, trabajé como asistente de dirección de “Nomeolvides en la niebla” de Anahí Ribeiro, que tiene otro modo de abordar la dirección, otra energía, más sensible, de construcción de personajes, cargado de detalles y sutilezas.

Después, nos cruzamos con Diego Beares y Roberto Mendez Valladares de KINKIMITSTUDIO, con ellos trabajé como asistente de dirección en “Ego, mi verdadera historia”, en “Tenis” y en “Bien de Familia”, de él aprendí como producir un espectáculo de teatro independiente de una manera “comercial”, las estrategias de venta, la selección de los actores, y sobre todo que se puede hacer teatro en todo el mundo. Con ellos fue que llegué a Guatemala para hacer “Bien de Familia”, algo impensado para mí.

12011436_1627783327484394_1697145857_oComo actriz trabajé en “Fina Estampa”, una obra de dos talentosas María Colaneri y Paola Luttini, era su primera obra, y mi primera como actriz en Buenos Aires, la presentamos en un teatro muy emblemático “La Carbonera”, de ese proceso me llevé grandes amigos, el profesionalismo con el que laburamos y la garra del equipo.

Actualmente, estoy con “Un festín en mi cabeza”, obra que me animé a escribir, con la guía de Alejandro Genes, y que actualmente dirijo.

Tomar la decisión de montarla fue un cambio importante y clave, significó meterme de lleno en mi proyecto, en la búsqueda de una manera particular de expresarme. Descubrí que me encanta el rol de dirección. Es muy diferente crear y llevar adelante algo propio, el proyecto te demanda todo el tiempo y pasas por momentos de inseguridad, felicidad, ansiedad, incluso hasta de egoísmo porque te encontrás pensado en eso todo el tiempo. Estuvimos cuatro meses en cartel, en el Teatro El Piccolino, ahora vamos a presentar la obra en el Centro de Investigación Cinematográfica para el ciclo “Los egresados vuelven al CIC con siete obras de teatro”, la llevo a mi ciudad natal y nos vamos a México a presentarla, con la mano de KINKIMITSTUDIO.

¿Has participado en televisión?
Por ahora no, pero la televisión es lo que más consumí de adolescente, era una fiel seguidora de las telenovelas, así que si se diera la oportunidad no la descartaría.

¿Has participado en cine?
No, es una asignatura pendiente.

¿Has trabajado de modelo?
De chica hice una campaña para una peluquería, pero no más que eso.

375887_2609270076242_188567120_nMe divierte que me saquen fotos, soy el conejillo de indias de Camille Ferreiro que es fotógrafa y es mi amiga, realizamos puestas más artísticas, probamos con mucha libertad, y obtuvimos muy buenos resultados.

¿Te identificas con algún personaje de los que has interpretado?
Con todos, el actor trabaja con lo que conoce, con lo que vivió, observó o escuchó, con el universo propio, por lo cual todos tienen algo de mí.
Prefiero hablar de roles, no personajes.

¿Cuál ha sido el papel que más has disfrutado y por qué?
Tuve que reemplazar en dos funciones a Cochi, en un “Un festín en mi cabeza”. Cochi fui yo, porque tiene algo de biodrama la obra. Fue orgásmico, adrenalínico, desafiante, me colocó en un lugar de vulnerabilidad, de estar en carne viva, de entrega que no había experimentado antes. En la que me sentí tan libre y viva que si me decían que había salido espantoso, a mí no me importaba.

¿Cuáles son sus límites como actriz?
No haría nada que implique lastimarme o lastimar el cuerpo del otro.
No haría nada que esté en contra de mis valores y principios.
No haría nada que no quiera, que me afecte para mal de algún modo.

¿Y que personaje te resulto más complicado de construir?
El mismo que me dio más placer: Cochi.

¿Qué personajes que nunca te han ofrecido te gustaría interpretar?
En este momento me seducen los proyectos, no los personajes.
Si el proyecto me atrae, no me importa el personaje o el rol que sea.

Estoy en un momento en el que te puedo responder con que directores me gustaría trabajar como actriz, por ejemplo, con Lisandro Rodríguez, Mariano Tenconi Blanco, Rocío Rodriguez Planes, incluso con Mariela Asensio con quien trabajé en producción.

En las obras de teatro se generan anécdotas curiosas. ¿Nos compartes  alguna?
En uno de los espectáculos que trabajé como asistente, estaba en la cabina técnica, y en la obra no dejaban de pasar cosas: primero se corto por cinco segundos la luz, al rato una cama plegable que había de escenografía se cerró con la actriz encima, no se podía resolver, y en ese momento no tuve la mejor idea de decir “que más nos puede pasar” y automáticamente se rompe un florero de vidrio de la utilería. Fue tremendo.

11994091_1627783310817729_1210169082_o¿Qué significó para ti Bien de familia en Guatemala?
Viajar a hacer lo que amo, nunca estuve tan lejos, me parecía inalcanzable. Después, reencontrarme con Diego y Roberto, valorar el acceso que tenemos en Argentina a la cultura y la educación, agitar a los espectadores más conservadores de Guatemala, crear lazos que traspasan las fronteras, aprender de su amabilidad y su calma, compartir con el elenco guatemalteco las ganas y el amor de hacer teatro. También, observé como una obra según el contexto social donde se presente cobra diferentes significados, y creo que “Bien de familia” fue un fenómeno para Guatemala, que fue hecha para presentarse ahí.

¿Qué te ha impulsado a dedicarte a esta profesión?
El placer y la felicidad que me genera hacerlo.
El teatro todo el tiempo me salva de los porvenires de la vida, es mi lugar en el mundo.
Es libertad.

¿Qué es lo más complejo y qué lo más placentero de tu carrera?
Lo más complejo es lograr la estabilidad en lo económico.
Lo más placentero es cuando el proyecto cobra vida, ya no es más ensayo sino que es obra, y deja de ser de uno, y es de todos.
Lo más placentero y complejo a la vez también, son los vínculos.

¿Cómo te visualizas en el futuro?
Viviendo en un PH, con un espacio a modo de sala/estudio de arte, escribiendo, produciendo, dirigiendo y actuando, gestionando eventos culturales, festivales, dando clases, viajando esporádicamente. Todo eso combinado con una familia, quiero ser madre, y por alguna razón que mi compañero de vida tenga relación con el arte, que compartamos eso. Es complejo entendernos y bancarnos.

¿Crees que el teatro se fomenta como debiera?
En Argentina hubo cambios concretos este año, se creó el Ministerio de Cultura, se abrió el CCK que tiene una infraestructura increíble y donde se desarrollan actividades artísticas para todos, se realizó la tercera edición del MICA (Mercado de Industrias Culturales Argentinas) como espacio de encuentro para establecer vínculos, mostrar y “vender” lo que hacemos. Además, después de una fuerte lucha debido a las clausuras injustificadas por parte del gobierno porteño, se sancionó la Ley de Centros Culturales y a partir de una iniciativa por parte de la Asociación Argentina de Actores se aprobó el proyecto de Ley del Actor. Están sucediendo cambios importantísimos, se están pensando y hablando otros, y eso es un gran paso, aunque queda mucho por hacer.

11167849_10206622565468046_6045822956543802033_nCómo artista joven que empieza a gestar sus cosas, como mina que se las rebusca de todas las formas para producir teatro, como profesional, al momento de encarar mi proyecto me encontré (algo que todos conocemos) que en lo independiente es muy complicada la parte económica, sobre todo si no tienes trayectoria. Ok, existen subsidios (Instituto Nacional del Teatro, Proteatro y Fondo Nacional de las Artes), pero si no contaba con capital propio, el apoyo de amigos profesionales que trabajaron sin cobrar, el CIC que me dio el lugar para ensayar, no podría haberlo hecho, incluso no puede pagar un agente de prensa y terminé haciéndola. Se desconoce, porque si o por qué no te dan los subsidios, y es angustiante, son fondos que en la práctica no están desarrollados para ayudarte a producir porque los obtienes después de haber estrenado, es raro. Debería repensarse ese modelo, o nuevas formas de apoyos.

Me pasa también con los directores de las salas, creo que tendríamos que pensar en conjunto modos de difusión y de sostener la obra en el tiempo, que no dependa solo del elenco, es un beneficio para ambos, trabajar en conjunto.

Tenemos que romper con lo establecido, con lo que estamos acostumbrados, ir en la búsqueda de otros mecanismos de producción que nos permitan crear de la forma que lo hace el teatro independiente, pero que no tengamos que estar preocupándonos si nos endeudamos, si la obra que nos llevó meses de ensayo dura 5 funciones, que tengamos que cambiar ideas porque no tenemos presupuesto, que todo sea todo tan inestable.

¿Qué es el talento para usted?
Es un don natural de hacer algo de una manera efectiva, destacada.
Todos tenemos talento para algo, pero el talento sin trabajo, sin esfuerzo no sirve de nada.

Proyectos a futuro, corto, mediano y largo plazo…
A corto, reponer en el 2016 “Un festín en mi cabeza”, con algunos cambios en la puesta, postularnos a festivales y hacer giras.

A mediano, me voy a tomar los meses de enero y febrero para entrevistar, a modo de documental, a hijos de veteranos de la guerra de Malvinas para escribir mi próxima obra que también tiene que ver conmigo, e intentar estrenar el año que viene. Quiero que sea muy cuidado el material y trabajar arduamente la puesta en escena y la composición de la música.

También quiero seguir estudiando, me interesa la gestión cultural, el armado de festivales o actividades que involucren todo tipo de expresiones artísticas.

A largo plazo, pretendo que mi trabajo sea por completo referido al arte, que no tenga que trabajar de otra cosa, es un camino que voy construyendo día a día para que en algún momento suceda.
Sueño con tener un espacio cultural y encontrar mi marca personal en lo que hago.

¿Algún otro ámbito artístico al cual te dediques que no hayas mencionado?
Escribo. Como necesidad de expresarme y por lo general, de transformar mi dolor, mis miserias, mis fantasmas en algo más ¿artístico?, poético.
Me moviliza, me toca las cuerdas, me emociona.

252022_2103817400241_6153192_n¿Cómo te defines en tu personalidad?
Auténtica, emocional, muy sensible y transparente. Obsesiva y detallista.
Creo mucho en las personas, prefiero confiar y que me jodan, a prejuzgar.
Si bien suelo accionar, pienso y analizo y eso determina lo que voy a hacer. Excepto en el amor, en las relaciones, por que cuando amo soy incondicional, me entrego de lleno a lo que quiero, no la pienso, y por eso, fracaso todo el tiempo.

¿Cómo defines tu carácter?
Intenso y apasionado.

¿Qué te molesta/enoja?
 
La violencia, la mentira y que falten a la palabra.
En lo artístico, me molesta la falta de compromiso, con algo que se supone que eligieron para su vida. Me parece una falta de respeto al trabajo y así mismos.

¿Qué te hace llorar?
Lloro por todo lo que me moviliza.
Las ausencias, las rupturas, el descuido, las carencias, los finales, las injusticias, las muertes. Los logros de la gente que quiero.
El amor me emociona bastante.

Pasatiempo favorito
Leo mucho por internet temas relacionados con la psicología, la astrología, entrevistas a artistas, cosas relacionadas con el teatro, críticas.
Me gusta pasar tiempo sola en mi casa, mirar una serie y cocinar.
También disfruto de cualquier plan con amigos, y obviamente ver teatro.

¿En que cree Antonella Norali?
Creo fervientemente en el amor, y según mi analista por eso soy hippie y artista. En el amor para todo, como fuerza.
Creo en las acciones, dejé de creer en las palabras.
Creo en los niños, son los seres más genuinos y conectados con la verdad.
Y creo en que todos somos artífices de nuestras vidas, que podemos elegir que tan bien y que tan mal la queremos pasar y contar.

¿Quién es Antonella Noralí Schiavoni?
La que nació el 25 de Agosto de 1990 en Paraná, a las 0:08 (me encanta aclarar el horario me parece un detalle importante), soy el accidente de amor de Sonia Solé y Claudio Schiavoni, la primera, la mayor, la buena alumna, soy la que por ahí se “come” algunas S cuando habla, la que trabaja para concretar lo que quiere, la mina que se enamora y enloquece, la que atiende el teléfono en el CIC, la que se cuelga en su mundo y se olvida de todos, la pulpo, a la que le encanta el helado de chocolate, la que no maneja el volumen de voz, la que viste como se le canta, la que tiene miedo, la que lucha, la que se enoja, la que ama, la insegura, la atrevida, la sexual, la de un metro cincuenta y seis centímetros, la que tiene marcas que alguien le hizo, las heridas que causé, las cosas que viví, y mi hoja en blanco.

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Twitter:@antonorali  

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